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Lunes en estereo…

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…después de un fin de semana poco usual, recluido en casa, leyendo un libro espectacular, con la idea de unos nuevos cuentos de los cuales realicé bocetos con palabras, quizá un poco de carboncillo y algunas acuarelas, trabajo físico un domingo, observé las miles de mariposas que están habitando en la granja, así como las nuevas flores, el pozo, la promesa del agua de la vida, caminé entre las rocas que tengo apiladas para los cimientos de un par de cabañas, leña que no toda será leña, sino algunas piezas se convertirán en muebles rústicos, quizá después de todo, no todos hacemos leña del árbol caído, quizá los artesanos, o quienes tenemos corazón de artesanos hacemos bonitos muebles, quizá porque los árboles nos hablan y los escuchamos, mientras nos dicen que quieren ser algo lindo que perdure por mucho tiempo, mañana en estero sin noticias impresas, solamente las virtuales, quizá algunas poco afortunadas, ¿cuándo aprenderemos que si seguimos matándonos por odio vamos a ser historia?, quizá la próxima especie así lo entienda, luego de un paseo por las banalidades de los deportes, que algunas veces me interesan más que otras, café recién hecho, ayer comí con unos amigos, que los considero parte de mi familia, allí en la granja un bonito almuerzo, tanto tiempo a pasado desde que nos conocimos y empezamos a ser amigos, sin ninguna pretensión, más que ser, las vidas evolucionan, hoy estamos y fue grato verles, quizá menos tiempo del que necesitamos para hablar, quizá es parte de la vida, abrir un camino, ese camino que nos facilitará el acceso, proyectos nuevos, que pasa con las casas de bambú, allí me esperan mientras pienso en turbinas y en mecanismos de combustión interna, energía, ese es mi negocio, manejo hacia la ciudad, con ganas de no ir, solamente he llevado a mi padre, he vuelto rápidamente, quizá nunca me fui, solamente he mandado a mi cuerpo, así como si fuese un desdoblamiento de la materia, del alma del espíritu, luego me quedo pensando que ayer estuve pensando en ella, quizá fue porque un par de veces, quizá una mas, compartimos tiempo allí en la granja, al igual que ayer con mis amigos, quizá por eso se hizo tan palpable su recuerdo, quizá después de todo era tiempo de recordarla una vez más antes de decir adiós, como cerrando un capítulo, quizá no era más que eso, anoche igual me despedí de una amiga, en aquel oscuro café, luego reconocí alguna otra, quien venía acompañada, quizá sus ojos me dijeron más que su boca, quizá solamente así son las cosas, no hay problema, entonces como lo va haber si uno debe decir adiós, quizá un hasta luego, hasta pronto, lo siento y te quiero, pero luego de algún tiempo uno aprende que si es bueno decir adiós a la esperanza de ese amor que nunca floreció, quizá nos volveremos a ver, pero de una manera distinta, obviamente ella será distinta, así como lo seré yo, así como lo soy hoy, distinto a esa primera vez que nos vimos una noche de noviembre, quizá así sea la vida, no pasa nada si uno no deja que pase, también como tampoco pasa nada si nada pasa, quizá las divagaciones de mi mente van entre una película de piratas divertida y un libro fenomenal de guerra y paz, quizá Tolstoi sea de lo más genial que he leído últimamente, quizá el, era, así como es, no pretendía nada, quizá un gran maestro que simplemente habló lo que sintió y así como yo, este fin de semana de lo poco usual me quedé en casa, fue muy bueno, así empezamos a decir adiós a lo que debe decirse adiós, tuve una conversación que fue importante, una vieja amiga, quizá más vieja de lo que puedo imaginar, sé que estarás bien, se que vas a sonreír de nuevo, quizá es tiempo de llorar ahora, pero sé que tu sabes que cuando duele duele, pero no vas a hundirte, eres demasiado fuerte para eso, aparte viene el tiempo de florecer, tu que eres la primavera, vas a florecer de nuevo, con los rayos que emergen dentro de ti, quizá más antes que después nos veremos y veré nuevamente tu sonrisa y hablaremos y nos reiremos, luego vuelvo a beber de mi café, me apronto a salir, el campo me llama para que vea la realidad y nuevamente viva todo en alta definición, porque lo veré con mis propios ojos, sentiré con mis manos esa realidad realidad, mientras enumero a cada una de las personas que quiero y las siento en mi corazón, como un abrazo en estero…

Luego de un viaje en el bote de la luna…

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…llegué a casa, pasada la media noche, quizá con más dudas que respuestas, sobre ese episodio o bien ese encuentro, ¿qué tenía aquella mujer de cabellera negra que me llamaba la atención? ¿por qué me parecía que necesitaba hablar con ella?

Quizá después de todo, no irá por el lado de la atracción física, y no porque no fuera bonita, realmente lo era. Pero era mucho más, era la forma como se expresaba y hablaba, quizá al igual que yo, en esos días ella estaba en busca de una persona en quien confiar más que una aventura amorosa.

Quizá por el hecho de observar como miraba a través de la duda de sus pupilas, como indagando al mundo, preguntándole con la duda de sus ojos, el misterio de su mirada, ¿por qué no la aceptaban por la persona que era? Parecía como si estuviese atrincherada, acosada por las miradas libidinosas de todos los hombres que le hablaban, vaya que era guapa y con un cuerpo de diosa, pero más que buscar el placer, esa noche yo busqué dentro del armario de su alma y desempolvé algunos de sus sentimientos escondidos, más profundos que la obscuridad de ese armario donde ella había decidido guardar su corazón, al estilo de película de piratas, donde el mayor tesoro no era el corazón per se, sino la seguridad que nunca más iría a sufrir más.

Infantil pensamiento, le expresé, mientras me le quedaba viendo a sus ojos paralizados, mientras ella expresaba que era increíble que alguien pudiera ver eso. Más fácil que lo que piensas, le respondí, mientras cerca de mi corazón, en la parte superior sentía que caía una borrascosa nevada, como si mi corazón también hubiese estado estancado en el hielo, así como un barco en el Artico. En ese momento sentí que había estado frente a un espejo del alma, esas personas que nos permiten vernos como estamos y somos y actuamos ante situaciones similares.

Después de todo más que una aventura, esa noche necesitaba verme en ese espejo, de ver mi alma desde afuera, reflejada en un caleidoscopio, para poder observar todos los vértices de mi corazón, de mi alma, de mi ser más puro, para recuperarme por completo desde el último invierno en que había caído la desilusión de mi corazón. Quizá solamente era eso, como bajar al Hades y luego resurgir, y poder celebrar en pleno otoño la primavera, el resurgir de mi ser. De mi alegría. Por eso mientras esas caderas que había observado llegar, se quedaban estancadas allí paradas, donde la había visto, sin intenciones de moverse, yo si me movía en la dirección que mi corazón me marcaba. Quizá después de todo si era posible ser amigo de aquella mujer, sin tener ninguna connotación sexual, más que el hasta pronto y nos vemos luego.

Luego tomé mi escoba y enfile el vuelo a casa, donde mi ser me aguardaba, observado pacientemente la puerta, esperando el momento que volvería. Quizá de día o más bien de noche, sabría que volvería. Como esa noche que luego de surcar la vía láctea en la luna, la embarcación de una diosa, volvía a mi ser, volvía a casa…

Ya es mañana donde tu estas…

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…leyendo estas líneas, sin siquiera pensar que el momento en que fueron escritas, es un pasado, quizá lejano o bien distante, sin saber muy bien el hecho que parece ser cada vez más dificil de hablar de un tema libremente sin que existan posiciones encontradas o imposición de ideas, por la estúpida presunción de cada uno de pensar, sentir y hacer notar a los demás que son dueños de la verdad absoluta, cuando eso es una absoluta estupidez, salir a la calle y ver esas posiciones encontradas, sentirse hostigado por la imposición de palabras, de puntos de vista, de armas y violencia, quizá después de todo, los humanos estamos perdiendo la civilización que tanto nos jactamos, quizá nunca existió tal desarrollo, quizá solo son imágenes de algún sueño surrealista que en conjunto tuvimos y creímos encontrar el paraíso perdido, quizá no sea necesario encontrar una razón, solamente seguir hacia adelante, aunque pareciera ser que la única forma de hacerlo es llevarse entre las piernas a quien se pone enfrente, cosa que desgarra el corazón, cuando uno se sienta y piensa que no vale la pena y que no quiere ser así, que la forma en que la barbarie le ha ganado la partida en el tablero de 64 casillas, sin dar ni siquiera oportunidad de un enroque, que solamente hay que agachar la cabeza y no hay manera de poder expresar uno su desencanto más que con violencia, ya que sino uno debe quedarse callado, ante la inmisericordia y el descaro de quienes nos están haciendo pedazos en cualquier faceta, quizá después de todo, ya estamos cansados de los abusos de esos que siempre han sido abusivos, y que piensan que poniendo la cara de idiotas y con un perdón se arregla todo, cuando uno empieza a cansarse de tanto quedarse callado y de agachar la cabeza, quizá esto tampoco sea la solución, porque cada vez que reaccionamos, parecemos un violento huracán, un tifón, un terremoto que sacude todo desde sus cimientos y que no hay manera ni poder humano de detener, quizá las ollas de presión tienen la ventaja de tener una válvula de escape, quizá después de todo, por eso es que se necesita de cuando en cuando escapar a un pequeño oasis, en este desierto de insatisfacción y de barbarie, quizá es ese pequeño paraíso que todos buscamos y que se encuentra en lugares insospechados, quizá se nos están acabando los lugares así, o quizá nos cansamos de buscarlos, quizá después de todo nadie nos podrá explicar el por qué cada uno nacimos en las circunstancias que lo hicimos, en este lugar, por qué tenemos que vivir acá y no allá donde tanto nos gusta y donde sentimos que éramos felices, dichosos y no en este lugar donde muchas veces se siente que es una cárcel y que hemos cometido un crimen, y este es nuestro eterno castigo, quizá después de todo, allá en el mañana que estaré yo en el futuro, todo sea más claro, o al menos habrá menos insatisfacción, quizá mañana este el sol y hayan brillos, en ese mañana donde tu estas y donde parece ser que todo es paz y armonía, quizá cuando sea ese hoy, existan momento de paz y felicidad, mientras tanto yo cierro los ojos, como buscando un respiro a mis pupilas, me pregunto si quizá escapandome de este lugar pueda yo encontrar algún lugar para estar aunque sea tranquilo, sin vivir entre la violencia y la intolerancia, quizá después de todo, solamente somos víctimas de estas circunstancias que nos tocó vivir, pero me niego aceptar un presente sin sentido y un futuro desolador, quizá después de todo lo único que necesito es seguir adelante y no voltear la mirada para los lados, ya que al fin de cuentas me tengo a mí mismo, a ese mi que le escribo, a ese yo del futuro…

La última guerra…

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…se destrozaron las máscaras de la convivencia, caen como los ladrillos de los templos azotados por los terremotos de la intolerancia. ¿Qué pasó? ¿Por qué no soportamos ya nada? ¿Dónde quedó nuestra paciencia? ¿Dónde quedó mi paciencia? Nuestra conciencia.

Quizá se encuentra magullada entre las puertas de la expectativa de una vida mejor, que prometía la publicidad de la primera década del siglo, la década pasada, en el siglo en que toda la humanidad despuntaría y todo sería armonía, luego de la cruenta guerra fría. Aquellos vientos de cambio, que soplaron trayendo las luces de un mejor presente para la humanidad, se apagaron, como sucumbiendo ante el temor de lo diferente, demolidos por nuestros egos, que nunca lograron adaptarse a la velocidad vertiginosa de la información. Que se parece a una vida real, a la manera tan rápida como hoy día nos llegan, ahora que estamos conectados a un mundo virtual, un mundo artificial, una vida plástica, donde parecemos ser felices, llenos de aditivos y preservantes.

Que nos muestran al mundo como seres completamente felices. La apariencia de ese mundo virtual que nos ha desvirtuado la mente, la vida, porque siempre tenemos que estar sonrientes. Como seres perfectos. Sin derecho a sentirnos infelices, llevando ese mundo de fantasía que leíamos de niños, esa vida idealizada donde seríamos felices para siempre. Quitandole genuinidad a la vida real, ya que nosotros mismos somos como estrellas de cine, llenos de groupies y paparazzis que nos acosan y no dejamos nada privado. Ya que si no lo compartimos en nuestra vida virtual, sentimos como si no lo hubiésemos vivido en nuestra vida real, que si bien no es perfecta, es más gratificante, quizá más desolada y muchas veces extraña, pero sin aditivos ni preservantes, que nos amargan por dentro, aunque por fuera estemos perfectamente maquillados, como si fuésemos una foto de revistas y entre más botox y brillantina tengamos, seremos mejores, más felices. Tanta gente que queriendo ser nuestros clones y nosotros queriendo ser los clones de otros clones antes clonados.

Quizá después de todo la humanidad ha sucumbido en esta guerra de las corporaciones contra la originalidad, la guerra de la estandarización humana, de la conversión en máquinas, en robots, en ese mundo feliz de Huxley. Mientras nosotros no nos hemos percatado, ya que seguimos contando cuantos «Like» de aprobación tiene nuestra último comentario en la red o nuestra última fotografía.

Quizá al final de cuentas seamos como una marca más, que muestra nuestra imagen como lo que la gente quiere ver en nuestra foto de perfil. Quizá estos tiempos son el resultado de la guerra en la que ya sucumbió a la humanidad, sin haber disparado siquiera un arma, ni la utilización de armas de destrucción masiva, sino solamente los anuncios de TV, Internet, de las Vallas Publicitarias a las cuales todos queremos parecernos….

Extrañando a Ubico…

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…me quedé pensando el día de ayer, al ver como se comportaban jóvenes de ambos sexos, entre 15 y 17 años, bebiendo y fumando, con el auto estacionando al lado del parque de la Antigua Guatemala. Los improperios y sandeces, que se proferían unos a otros, a manera de saludo y la violencia con la que se relacionaban, me hizo pensar acerca de mi propia adolescencia, quizá fue igual de difícil, quizá el hecho de querer encajar y no lograrlo hacía que nos relacionaramos con esa violencia primitiva, así como una tribu, en busca de un mamut que cazar, por el hecho de demostrar que éramos más fuertes que los otros. Luego también pensé en las palabras de mis padres y la forma como ellos entendían la vida en ese momento, y que como me fueron encauzando desde niño hacia una vida fundada en los valores, y la corrección a tiempo, ya que tantas veces que se desvío mi criterio y con sus consejos y atenciones allí me trajeron de vuelta a la senda que hoy camino. Luego pensé, que quizá era muy dramático extrañar a Ubico, mientras buscaba dentro de mi racionalidad, ¿por qué lo había mencionado?. Sí ni siquiera lo conocí, y muy lejos de ser partidario de él o no. Quizá fue un acto reflejo de la mente, al recordar a los contemporáneos de mis abuelos, quienes decían que en el Tiempo de Ubico, todo era mejor. Había seguridad, los jóvenes trabajan y respetaban las reglas, los presos construían carreteras y no había necesidad de infringir la ley. Por un momento también pensé en aquella colección de cuentos «Extrañando a Kissinger», de Edgar Keret. Y luego también dije que debía escribir un cuento con el nombre de esta reseña. Me quedé pensando tanto tiempo, que cuando volví al parque de Antigua, los adolescentes ya habían partido. Me puse a pensar cual sería la reacción de la gente al leer el título «Extrañando a Ubico»,  quizá me llamarán retrograda, fascista y tantos descalificativos, sin siquiera leer lo que escribí, con artículos y opiniones incendiarias pedirán mi cabeza y me quemarán vivo, a la vieja usanza de la inquisición. Luego me reí, al saber que muy pocos lo leerán y de los que lean el título quizá el 1% lea lo que escribí, por lo que nuevamente guardé la idea en mi mente y regresé a casa. Esta mañana al estar trabajando en el taller de la casa, esta idea me seguía martillando las sienes y reflexioné mi idea. Tristemente me topé con la realidad de que aún existe en nuestro inconsciente colectivo guatemalteco la idea que un personaje del pasado era mejor, seguramente porque no habían tantas expectativas ni ideas progresistas ni igualitarias como ahora. La convención de los derechos universales del hombre, no había sido promulgada y los ancestros tuvieron que tragar con saliva lo que había. Asimismo, como la apatía que impera en todo el país de la eterna primavera, donde todos queremos que la situación cambie, pero ninguno estamos dispuestos a ceder ni sacrificarnos, estamos muy cómodos viendo desde nuestra mecedora viendo como se ha caído a pedazos el país y allí seguimos esperando que venga alguien más y lo haga, a su mejor entender y saber, de acuerdo a su visión y nosotros simplemente salir en la foto abrazados, porque la selección de fútbol asista a un mundial, o esperando que vuelva a venir Shakira y el Buki, es tan penosa la situación de la falta de liderazgo que si lanzamos a estos dos personajes para la presidencia del país, quedan por mayoría absoluta, al son de las caderas de la señorita colombiana. Por lo que se me hizo fácil pensar en tantas razones porque nuestro inconsciente colectivo aún extraña a esos gobiernos militares totalitaristas, quizá es cierto que habían «valores», aunque me atrevo a pensar que no era por convicción, sino por miedo. Quizá ese miedo aún impera en nuestra sociedad, y hoy por hoy, le tememos a los grupos de narcotraficantes, secuestradores, criminales y asesinos, que han desolado nuestro bello país. Aunque creo que lo más preocupante es que como sociedad, en pleno siglo xxi, donde existe una apertura social más grande, con los grandes avances tecnológicos de la ciencia, en Guatemala, no seamos capaces de crear un proyecto de nación, de ponernos de acuerdo que es lo que vamos a hacer con este pedazo de tierra donde nacimos y que muchos amamos y queremos que cambie. Así como que no es posible, que en lugar de avanzar para ser una sociedad más justa, equitativa, con igualdad de oportunidades para todos; estemos inmersos en una guerra contra la criminalidad, donde la sociedad civil ha tenido que tomar el rol del inexistente gobierno y defenderse como pueda. Cosa que deriva en varios factores, donde uno de ellos es la escasa difusión de los valores universales, lejos de cualquier credo, y cerca del humanismo, esos valores que han permitido a países desarrollados y otros bastante más adelantados que Guatemala en el rubro de la vía del desarrollo. Como lo son la honestidad, la integridad, el trabajo, el respeto. Y que lastimosamente, muchos de los jóvenes de hoy, que se ven inmersos en la transculturización cada vez más lacerante, no vean agradable tener respeto por si mismos, ni por otros, no vale la pena estudiar ni trabajar, porque un narcotraficante o bien un criminal, gana más dinero que alguien que es h0nesto, y lo más triste es que se le celebre y se le premie. Así como la falta de líderes que realmente representen a las personas, que quieran un cambio real, con una propuesta realista y que sobretodo la ejecuten, por lo que lastimosamente mientras siento cada una de mis falanges martillando el teclado, como queriendo despertar la apatía de mis compatriotas y cierro los ojos, negando con la cabeza, pienso que en Guatemala nuestro mayor problema es que vivimos «Extrañando a Ubico»…

Quizá hoy sea el principio del fin…(en relación a España 15M)

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…pensaba esta mañana luego de leer las noticias, mientras jocosamente me reía de la predicción que hoy 21 de mayo del 2011 será el fin del mundo, luego desayuné, mientras conversaba con mi madre sobre temas que nos interesan y lo que más esperamos en nuestra familia, que llegué el pequeño Eduardo a nuestra vida para verle crecer y tener una alegría más en la vida, leí con cierto desdén las noticias de ayer y la semana, las brutalidades ocurridas en Guatemala, ese salvajismo en el que estamos inmersos, sin que parezca que se pueda hacer algo, al menos de parte de las autoridades y políticos involucrados, en todas aquellas personas que con un simple movimiento podrían hacer un cambio significativo, leí la columna de una periodista que comentaba, la triste realidad, del presidente inombrable, inepto, inútil, cobarde y falto de carácter, entre tantos descalificativos que vienen a mi mente en este momento, y donde así como ella explicaba, parafraseando al maestro Samuel Becket, en Esperando a Godot, una obra genial del teatro del absurdo, este ignomio personaje, hoy presidente, «espera el tiempo adecuado» para actuar, como si no fuese suficiente que el país es un completo caos, al borde del colapso, simplemente indignante, por lo que pensé en las manifestantes de los indignados en España y como poco a poco esa resistencia pacífica se va propagando a lo largo del mundo, mientras pensé que tristemente en un país como el mío, Guatemala, el lugar donde nací, no podríamos ni siquiera indignarnos, quizá porque la mayoría no entiende ni siquiera de que estamos hablando, y no es porque nunca hayan tenido acceso al maravilloso ensayo «Indignaos» de Hessel, sino porque ya la apatía y el desgano nos ha sobrepasado como sociedad y donde cada uno vemos como salímos avante con nuestros propios medios, es triste y preocupante saber que la mayoría de la «élite» intelectual del país, aquellos colegas míos universitarios o con grados académicos avalados por alguna casa superior de estudios, llamada «Universidad» no quieran leer con sus propios ojos, los manifiestos, y están tan ocupados creando «riqueza» que le piden a uno hacerles una sinopsis, por lo que una persona astuta y bandida podría a su conveniencia manipularles, quizá ese problema sea el mayúsculo en este país, que las personas ya no quieren pensar y que todo lo quieren tener como por arte de magia, así como presionar un botón y listo, quizá estos hijos de la comida rápida y de lo quiero ahora o grito, sea lo que las élites de los círculos que dominan el mundo, hayan buscado para no tener resistencia y así fácilmente dominar el mundo, a un estilo matrix o bien un mundo feliz de Huxley, quizá después de todo no estamos tan distantes de esa realidad virtual o realidad realidad, que nuestra vida cotidiana sea realmente esa obra de teatro del absurdo, donde cada uno tomemos nuestro rol y noche con noche volvamos al camerino y por las mañanas, luego del maquillaje nuevamente a las tablas, no sé si esto realmente sea una manera de vivir en estos tiempos en que nos ha tocado vivir, si sea la misma corriente o bien es la forma como un ente malévolo lo ha diseñado y no podemos salir de la rueda del hamster, donde corremos cada día más rápido para ir a ningún lugar, pero estamos tan enchufados a la vida virtual que sentimos que si lo hacemos, quizá por eso decidí hace dos días que debía volver al bosque, a ese remanso de los árboles donde me siento bajo ellos y me quedo allí en paz, quizá después de todo hoy día sea el principio del fin, de esta sociedad donde estamos sumergidos hoy, donde cada día se siente que se está al borde del colapso, porque ya no se puede malvivir así, quizá sea necesario un cambio estructural en la humanidad, para realmente poder vivir en estos tiempos, quizá seamos esa generación que tenemos la posibilidad de hacer los cambios y no perdernos entre los vericuetos del hedonismo, es tiempo de hacer algo y debemos hacerlo, por lo que después de todo quizá si es el inicio del fin de esta estructura obsoleta, que lo único que nos ha mostrado es lo temibles que podemos ser como humanos, cuando peleamos por el dinero y el poder, quizá si no existiese el dinero todo sería más justo, quizá fuera peor, pero realmente debemos entender que no es a través de la violencia que podemos hacer los cambios, ya que si bien aunque yo tenga diferencias de vida y este en las antípodas de personas que no comparten mi punto de vista y mi manera de ser, la cual creo que es buena para mí y donde trabajo y soy honesto, ni siquiera de esa manera podría yo justificar matar a alguien porque es criminal y es deshonesto, de nada serviría tomar la justicia en mis manos y anteponer una visión parcializada de mi vida, basada en los conceptos y valores que me han inculcado, quizá después de todo, todos somos necesarios para sacar adelante a la humanidad, y debemos seguir, sin olvidar que las diferencias que existen entre todos los seres humanos son lo que nos hacen únicos y brindan la oportunidad de sacar lo mejor y seguir adelante, mientras tanto el día de hoy estoy Indignado y desde esta montaña, donde vivo, les mando mi apoyo a esos jóvenes y no tan jóvenes que se manifiestan en España, deseando que esto se propague en este lugar donde vivo y donde sea necesario, para poner un alto a los abusos de clases dominantes que piensan que son los dueños del mundo, que son dueños del sistema y que nosotros somos simples ordenadores enchufados al sistema que pueden encender y apagar a su antojo…

Un lunes…

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…lleno de domingos y recuerdos de fin de semana, que rompen la monotonía de la rutina, con cada recuerdo que trepa entre las ramas de los recuerdos de vidas futuras, de sueños vividos antes de soñarlos y utopías posibles, desarrolladas entre cada uno de los vericuetos de la mente y del corazón, dónde está el inicio de la aventura cósmica que soñaba la noche anterior a el próximo jueves, quizá son detalles del universo no lineal, quizá entre esos gusanos que los agujeros negros dibujan entre las dimensiones paralelas que describen el universo que converge en las realidades concéntricas de la razón y entre los laberintos de los sentimientos y de las aberraciones lacerantes de la memoria y recuerdos que nos atan a un futuro no vivido y que fatídicamente cada quien cree o no que está escrito, que podría estar más escrito que la vida continuará en el universo, pese que nosotros algún día dejemos este plano físico, para adentrarnos en otra realidad o plano físico, o mental o espiritual, quizá cada uno tendrá que decidir si es verdad o no para sí, pero el año entrante cuando yo todavía era un niño púber determinará que es lo que haré el resto de mis días, cuando sea cada vez más anciano y quizá menos tolerante, será cierto que la intolerancia viene con los años, o simplemente será esa insatisfacción de saber que estoy atado a este cuerpo con los lazos invisibles de la comodidad y de la pereza mental y espiritual, por qué yo y no la otra persona que quisiera haber nacido acá, es la que vive allá donde yo quisiera vivir, quizá después de todo esa constante del cambio, el cambio de nuestro ser y de nuestras ideas y sentimientos y de ser quien es uno en determinado momento, ese devenir del caos que rige a todo el universo, incluyendo al mínimo y megalómano humano, quizá después de todo simplemente uno se cansa de ver la desidia con la que uno asume la vida y quizá esa actitud personal es la que nos cansa de ser así y estamos enfadados con nosotros mismos y esto lo metaproyectamos hacia el exterior, como suele suceder con la mayoría de las situaciones, quizá en corto y mediano alcance, quizá a largo plazo tenemos que pasar por etapas en nuestra vida, por esos mismos cambios que gestamos en nuestro interior y son como los mismos ciclos del universo, ya que al final de cuentas somos un cosmos interno, que gira y gira, sin darnos cuenta, quizá algunos podrían llamarnos locos o bien desagradables, es su derecho de vernos y juzgarnos, pero solamente si nosotros les damos poder de que nos afecten las palabras nos molestaremos, quizá después de todo ayer martes, fue lo que será el día de hoy lunes, sin importar el orden de las palabras y las cosas, sobretodo porque el humano tiene lenguajes mucho más desarrollados que los idiomas y los lenguajes hablados y escritos, quizá después de todo somos más intuitivos que lo que podemos ver y realizar, quizá somos parte de todo y por eso un lunes al sol como el día de hoy, mando paz, amor y armonía al universo y que sus esporas y semillas contagien al mundo y hagamos un mejor lugar para vivir y soñar, con un lunes cualquiera, preámbulo al resto de nuestras vidas…

Sin palabras…

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…me he quedado estos últimos días para describir lo que siento, ni transmitir mi ideas, quizá sea parte de los ciclos de vida y todo lo que empieza termina, y luego vuelve a empezar como un juego sin fin, quizá así es todo y cuando llegan los finales, se vuelve al principio, a ese principio perenne, que muchas veces se siente que no se ha avanzado nada, porque se ha estado caminado en una rueda, como un hamster en su jaula, y no se ha llegado a ninguna parte, quizá hay otras personas y otro ambiente, pero no se ha avanzado nada, quizá el hecho de sentirse acosado y no poder avanzar y sentir que uno no está creciendo y que las personas alrededor son iguales que hace 500 años y que parece más una competencia que un grupo de amigos, que no se puede compartir ya que se está compitiendo para ver quien es el más apto para sobrevivir en la jungla llamada humanidad, quizá es lo que me han cansado y aburrido y por eso necesite tanto alejarme de lo que conozco y solamente estar un momento, quizá al igual que todos he caído en ese juego sin fin y he sido participe de la carrera y competencia estúpida que disparamos con el arma de nuestras aberraciones y peores pesadillas, y que solamente nos llevan a actuar dentro de la cadena alimenticia de la jungla de la humanidad, quizá hay varios caminos, quizá el que tomaré es el que más cómodo me haga sentir, quizá es hora de alejarme nuevamente y solamente compartir con quien se pueda, no sé si mi corazón está asustado o bien cansado de dar todo y solamente recibir insultos y reclamos, quizá es eso, o simplemente que necesito tiempo para mi mismo, quizá sea eso y nada más, quizá después de todo la vida es así y los humanos seamos los personajes de la obra de teatro del universo, quizá al final de cuentas solamente es un libreto el que estamos actuando y por eso necesitamos tiempo para ser nosotros mismos, quizá todas las situaciones de desencuentros y que generan enojo y miedo, son las que ya no quiero tener, quizá por eso y solo por eso sea mejor alejarme una vez más a esas montañas de la soledad, donde en silencio me siento a contemplar todo lo que pasa ante mi mirada, quizá después de todo no somos tan distintos y solamente queremos encajar y que nos acepten como somos, quizá después de todo somos los que somos y hacemos lo que hacemos…

El mito femenino

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¡Muerte al machismo! Escribió con una lata de aerosol rojo, sobre el albo virginal del muro perimetral del hospital general. Mientras en la esquina la observaba un arlequín que se carcajeaba de su forma tan graciosa de correr al ser descubierta por una enfermera del hospital, quien le recriminaba que no había presupuesto para pintar el muro cada vez que algún dañado de la cabeza pintara sus demandas.
Llegó hasta su auto, puso en marcha el motor y aceleró sin respetar semáforos, peatones, ni a los otros autos. Iba cegada por la furia, que no había conseguido canalizar con sus pintas en las paredes en el día mundial de la intolerancia. De repente se percató del autobús que estaba parado esperando a los pasajeros, tuvo que hacer violentas maniobras con el volante, para evitar colisionar con el transporte público y se estrelló contra una pared. La dama descendió de su auto, dejando el motor encendido. Sin tomar en cuenta el embotellamiento que causaría. Ni mucho menos la emisión de gases que contaminan nuestra cancerígena atmósfera. Era tan feminista que no le importaba el medio ambiente, ni la contaminación, ni la ecología.
Ella ataviada con una falda marrón, adornada con flores y un vuelo espantosamente poco seductor. Capaz de detener el embate de dos pastillas de cincuenta gramos de sildenafil, de cortar el poder azul del viagra. Con una chaqueta a usanza militar chabacano y macho, a los cuales decía odiar. Con una blusa escondida tras esta chaqueta, que no dejaba asomar ni por descuido alguna curva línea de sus senos castos. Aún más castos que todas las imágenes y santos de los templos. Donde acudía a reprocharse ser mujer, su falta de valor, de determinación, su exceso de romanticismo y sentimiento. Tenía que exorcizarse de ellos, apretándose cada vez más el silicio invisible, con el que castigaba a su pobre corazón de mujer.
No podían faltar sus botas, con sus medias de botas, según palabras de ella. Cosa que el arlequín por mucho que intentase acordar de las parisinas, porteñas, londinenses, holandesas, germanas, suizas, neoyorquinas, santiaguinas, montevideanas, finlandesas, suecas, moscovitas y como olvidar a las italianas. Nunca ninguna comentado de dicha prenda.
Seguro era algo del caribe, aunque no tan deleitante como el ron y el tabaco, o la música, o las bellas mujeres, altas, de piernas largas y figuras voluptuosas. ¿Acaso había conocido alguna mujer feminista de esos países tan femeninos? No, se contestaba con la cabeza.
Mientras observaba a esta tipa gritarle todas las razones por las cuales los hombres eran detestables. Después de verla gritar por dos horas, cuando su auto había ingerido todo el combustible, se sentó en la vereda. Se tomó el cabello entre las manos y lloró por cualquier motivo. Mientras su lado masculino se apoderaba cada vez más de ella.
Luego el arlequín la observó y le dijo,
-¿Sabes por qué las mujeres feministas son las menos femeninas?
-¿Acaso eres misógino?, preguntó ella.
-No, no lo soy, me gustan las mujeres. Pero me gustan las mujeres femeninas. No te digo sumisas, pero si femeninas. Y no me gustan las feministas, porque para serlo sacrifican su lado femenino. Y se comportan como el hombre más macho. Matan sus sentimientos, caen en el juego del macho. Porque se rebajan a jugar en la cancha que el propone, la que el conoce. En la que él puede vencer. Las obliga a desvincularse de su feminidad, tornándolas en unos completos y estúpidos machos.
No dijo nada más. Se dio la vuelta y se marchó a la ferretería a comprar un bote de pintura blanca y una brocha. Para borrar el sanguíneo color del himen violado. Cuando volvió ella aún estaba sentada, llorando. No podía hablar. Salvo tenía expresión de virgen violada. Luego de terminar de pintar, el se despidió y le dijo,
– Sí realmente quieres cambiar el mundo, no seas tan egocéntrica. Piensa en los demás, estaciona bien tu auto y no malgastes el combustible. Piensa en el futuro. Pero por favor no te conviertas de feminista a ecologista.