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Hoy corrí 15 kilómetros… (niños de guatemala)

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…un reto para mi mente inimaginable, no tenía conciencia de lo que esto sería, solamente que sería muy fuerte y demandante. Quizá si hubiese pensado acerca de esto, ni siquiera lo hubiera intentado. Por lo que recordé a mi abuelo, cuando me decía que yo tenía más agallas que cabeza, porque siempre como cabra montés he ido a donde se me ha ocurrido, sin pensar en las consecuencias, así como ahora que tengo una bolsa de hielo sobre mi rodilla, la izquierda, la cual siempre me ha dado problemas, desde niño cuando utilicé zapatos ortopédicos, así como luego por el desgaste de los golpes de una caída de motocicleta, unas gradas por las cuales resbalé y los golpes del rugby, quizá después de todo, esos son más fáciles de asumir que los que me ha dado la vida a nivel emocional, que me han dejado tirado en el suelo, para tomar aliento y nuevamente seguir adelante, porque como desde niño siempre me ha dicho mi padre, a mí esto no me va vencer. Esa carrera preciosa, dentro de una finca de café, de las muchas, o pocas, que existen en los alrededores de Antigua Guatemala. La cual disfruté mucho, viendo el volcán que me mandaba señales, telegrafiadas, al estilo de Otto Raúl Gonzales, o esas matas de café que agitaban sus brazos cargados de granos de café, que algún día serán bebidas por alguien en el mundo. Esos árboles de gravilea, que nos cobijaban a la sombra. Pero lo más rescatable, quizá, fue que al momento de ir por el kilómetro 6 de 15, empecé a sentir un cansancio y tuve ganas de correr solamente la mitad del trayecto, mientras me aproximaba al kilómetro 7.5, justamente la mitad de la carrera, tuve la sensación de volver en el tiempo y ver a mi padre, hoy enfermo, quien gustaba de correr y como el corría y me animaba hacerlo, quizá algunas veces por delante mío, sobretodo cuando era un niño, quizá al ser un joven adulto yo corría delante de el. Pensé mucho en mi padre, en como hoy que tiene esclerosis, camina con un bastón, pero sigue luchando en la vida y me sigue repitiendo «esto no me va vencer», esa actitud de lucha, me llegó como fuente de inspiración y palabras de coraje, que me repetí varias veces, «si mi padre no se ha rendido, cómo lo voy hacer yo». Desde niño siempre he tenido la responsabilidad de la familia, sobretodo, por ser el hijo más grande y algunas veces he sentido que cargo a la familia en mis hombros, ultimamente ese sentimiento se ha extendido y la semana pasada se hizo más palpable, que durante la carrera, mientras vestía la tshirt de la ong, niños de guatemala, sentía una gran responsabilidad de terminar lo que había empezado y a lo que me había comprometido, para recaudar fondos, y así colaborar, aunque sea con un poco para terminar de construir el segundo nivel de la escuela y así poder llevar más educación a San Lorenzo el Cubo. Así como sentí por un momento que mi padre me acompañaba, por un breve instante llegué a sentir que mi padre iba a mis espaldas, ya que él no puede correr más. Aunque ciertamente, mi padre no iba a mis espaldas, lo sentí corriendo a mi lado, con su seriedad característica, sin muchas palabras, solamente sonriendo, allí fue conmigo toda la carrera, fue como un breve espacio de tiempo en que sentí la iluminación que tanto se habla en el budismo, quizá eso sea así, que la iluminación al igual que la felicidad se da a breves instantes que uno va atesorando en su vida. Por lo que disfruté del resto de la carrera, algunas veces simplemente caminando, y luego de un poco de más de dos horas, logré llegar a la meta con una sonrisa pintada en mi rostro y el corazón lleno de alegría, ahora siento que mi vida es más simple, con nuevos deseos de seguir adelante, gracias a la vida…

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…maravilloso, no dejes nunca de soñar yo te lo pido, son palabras que dan forma a una de las canciones que le gusta escuchar a mi madre, que no solo me hacen recordarme de ella, sino también me llenan cada una de las fibras de mi ser, desde el músculo cardio, llamado corazón, que retumba dentro de mi tórax, mandando vibraciones de armonía por esta vida tan expléndida que tengo el gusto y la oportunidad de vivir. Quizá fue por el día tan radiante, ese sol estirando los brazos por todo el firmamento azul, diáfano, anunciando la vida, la primavera, a medio camino, como despertando al verano de su sueño de 9 meses, como si hubiese sido gestado en el vientre de la madre tierra, quizá esos fuegos tan altos del volcán de fuego, valga la cacofonía, son el augurio de un verano vibrante que traerá entre sus brazos el amor y la paz, para cada uno, quizá sueños de un chico de seis años, quizá sueños de un hombre despierto que prefiere la paz a la violencia y que piensa que la violencia es una aberración del ser humano, porque las palabras, que vienen dadas por la razón y los sentimientos, que es lo que nos diferencia en alto grado de las otras especies del mundo animal, son las que nos han dado sentido y la violencia no tiene espacio en ese sentido maravilloso, en ese universo que somos cada uno de los seres humanos, con sueños e ideales a realizar, todos con el potencial que tenemos ya somos triunfadores en la vida, desde el punto de vista canónico hijos del mismo padre, de una fuente de amor que nos ha dado la vida y el hecho de conciencia, desde el punto de vista de filosofías orientales, tenemos todos el potencial de ser Budas, y ya lo somos, por lo que somos perfectos desde el momento que somos, sin entrar en más detalles, cada quien va escudriñando su vida y viviendo de acuerdo a su mejor entender, tratando de ser felices, quizá esa filosofía de ser siempre felices, no nos deja entender que incluso en los días nublados se puede ser feliz, con el simple hecho de estar vivo, porque realmente ese es el regalo, estar vivo, por eso le canto a mi maravilloso corazón, que nunca deje de soñar, porque es el compañero de este viaje intergaláctico llamado vida…

Maravilloso corazón…

Al mejor estilo de Samuel…

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…Beckett, absurdamente, esperando que llegue el momento perfectamente indicado, para proceder en el siguiente paso que debo de dar en el devenir de las situaciones cotidianas, tan simples y humanas como las relaciones humanas, esa relación con una mujer encantadora, una rubia preciosa de un poco más de 1.80 metros de alto, mirada oceánica, manos de algodón y labios de higo recién abierto; quizá ese tipo de relaciones idílicas que solamente ocurren en mis sueños, quizá por esa obsesión de tener todo de acuerdo a lo establecido dentro de mis cánones personales para relacionarme con eso que comúnmente se conoce como sociedad, como mundo, como lo real, quizá una extensión de mi propia realidad, quizá después de todo los límites que uno tiene, solamente existen dentro de la propia mente, de su realidad, inherentemente personal, sin más límites que los mismos que nosotros tenemos, ya sean programados por las normas bajo las que fuimos educados, además de esos que en el devenir de la vida hemos ido incorporando a la suma de complejos que nos acomplejan, quizá después de todo si existe cierta verdad, personal, obviamente, dentro de esa realidad íntima, en la cual he creado un universo, con dimensiones paralelas, las cuales emergen desde el vacío o la luz, a la manera más perfecta desde un Big Bang hasta un agujero negro, el cual en su conjunto presenta a las personas lo que soy y lo que quiero mostrar, quizá después de todo nada sea tan distante que la idea que uno cree tener de que es lo que las otras personas entienden de lo que es uno; quizá esta forma mía, esta manera de internarme por los laberintos de mi mente, son lo que me hacen parecerme más a un científico loco, muy bien caracterizado en una de las comedias de moda de la televisión, quizá después de todo creer que ser inteligente es sexy, es uno de los clichés que más me divierten, quizá también eso me aleja de las personas, esas barreras personales que he impuesto, quizá son lo que muy bien describió el maestro Beckett en su dramaturgia prima, la infinidad de veces enumerada, Esperando a Godot, quizá estos límites que me he planteado, lo que no me hace simplemente gozar de este momento, de estar aferrado a mis ideale, convicciones, sean los pilares del absurdo que muchas veces se ha vuelto la reticencia de mi persona a salir de esos límites y al final, la vida o bien la muerte, llegará y quizá me diga, Absurdo, quizá después de todo, si al dejar esta existencia tengo conciencia podré decir que viví bajo mis ideales, quizá pueriles, pero me sonreiré una vez más recordándola, perdiéndome en el océano de su mirada con una sonrisa pintada en mis labios…

Minientrada

…en que tengo ideas formidables para escribir un nuevo cuento, las analizo, le doy forma al relato, lo archivo en mi mente y cuando me siento frente a la computadora, por arte de magia se ha desaparecido, no sé si a la cabeza de otra persona que está pensando en que escribir o se este apilando en algún lugar desconocido de mi memoria y de pronto un día caigan sobre mí como una avalancha, quizá no sea ninguna de las dos, quizá simplemente son cosas que pasan, a ciencia cierta no se como explicarlo, quizá porque son palabras las que pienso, y ultimamente he estado pensando que las palabras solamente son palabras y no tienen ningún don más que ser palabras, quizá sea una idea pueril, existencialista de la cual nunca pueda salir con vida, quizá es una trampa que va más allá de la ontología, quizá porque como seres humanos que vivimos entrampados en la rueda de la sociedad, quizá nos iría mejor si solamente estuviéramos atrapados en la rueda del karma, quizá nuestro karma es que ahora vivimos «mejor» que nuestros antepasados, con tantas «comodidades», cuyo único defecto es que debemos producir una cantidad absurda de dinero para tener lo que nos hará felices en la vida, aunque no tengamos tiempo para disfrutarlo ni siquiera un día, quizá ese sea nuestro mayor karma, vivir en un lugar «perfecto», en la sociedad «perfecta» y conociendo a la gente «perfecta», quizá es uno de esos espejismos del ego, de la mente, con la que hemos adormecido nuestro ser, nuestro real ser y por eso sea tan difícil romper ese ciclo de reencarnaciones sociales, después de todo, al igual que las piezas del ajedrez, al terminar este juego todos iremos al mismo cajón, quizá no es la muerte lo que nos libere, sino la forma como vivimos la vida, para romper el ciclo de las reencarnaciones, quizá no sea más que otra ilusión de nuestras mentes, un anhelo de nuestro ser de no ser finitos, sino de creernos más de lo que somos, quizá solamente es un eufemismo, para no aceptar la realidad que somos otra simple especie de las miles que han habitado este planeta, de las millones que habitan en el universo, quizá nada sea cierto, solamente el momento de ahora, en el cual restriego mi ojo derecho con el puño cerrado, mientras pienso en algunas personas que son importantes en mi vida, quizá ese sea el paraíso, saber que hay personas que están allí sin importar el ser, ni el espacio, mucho menos el tiempo…

Hay momentos…

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…que otras, pensaba, mientras observaba como ha transcurrido esta semana, quizá después de estos cuatro días, solamente cuatro, quizá con más emociones que todo un mes completo, bastante intesa, pero a pesar de todo, aún tuve energía para salir nuevamente e ir a ver el mundo, quizá no es una opción, sino un llamado una vocación, quizá después de todo no es que quiera o no, simplemente lo debo hacer, quizá no es fácil, quizá no sepa realmente como, solamente intentandolo, lo lograré hacer, quizá la parte de hacerlo bien, me aturde, y quizá después de todo simplemente es ser, sin mayores pretensiones, quizá como parte de la vida, ese juego que todos jugamos, deba ir aprendiendo los roles y saber que solamente es un juego, sin mayores premios, que el premio mayor, que es vivir la vida, quizá por eso no existen reglas escritas o estrictas, simplemente uno mismo sabe si lo esta disfrutando o no, quizá no se trate de tener un amor o no, es simplemente amar, porque así es, es como vivir, no es que se viva por algo, se vive por vivir, después de todo la vida es un juego donde los privilegiados somos todos y nuestras cirncunstancias no condicionan, pero no nos limitan, recordando las palabras de los ancestros de saber que hace más quien quiere, que quien puede, aplicando eso a mi vida, tomando una actitud positiva y sin importar las veces que me digan que no se puede, sin importar los errores que haya cometido, siempre existe la oportunidad de empezar de nuevo, de seguir adelante, sin importar lo que sea el futuro próximo, mediano o lejano, hay algo que importa más y eso es ahora…

Algunas son más fáciles…

Lunes en estereo…

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…después de un fin de semana poco usual, recluido en casa, leyendo un libro espectacular, con la idea de unos nuevos cuentos de los cuales realicé bocetos con palabras, quizá un poco de carboncillo y algunas acuarelas, trabajo físico un domingo, observé las miles de mariposas que están habitando en la granja, así como las nuevas flores, el pozo, la promesa del agua de la vida, caminé entre las rocas que tengo apiladas para los cimientos de un par de cabañas, leña que no toda será leña, sino algunas piezas se convertirán en muebles rústicos, quizá después de todo, no todos hacemos leña del árbol caído, quizá los artesanos, o quienes tenemos corazón de artesanos hacemos bonitos muebles, quizá porque los árboles nos hablan y los escuchamos, mientras nos dicen que quieren ser algo lindo que perdure por mucho tiempo, mañana en estero sin noticias impresas, solamente las virtuales, quizá algunas poco afortunadas, ¿cuándo aprenderemos que si seguimos matándonos por odio vamos a ser historia?, quizá la próxima especie así lo entienda, luego de un paseo por las banalidades de los deportes, que algunas veces me interesan más que otras, café recién hecho, ayer comí con unos amigos, que los considero parte de mi familia, allí en la granja un bonito almuerzo, tanto tiempo a pasado desde que nos conocimos y empezamos a ser amigos, sin ninguna pretensión, más que ser, las vidas evolucionan, hoy estamos y fue grato verles, quizá menos tiempo del que necesitamos para hablar, quizá es parte de la vida, abrir un camino, ese camino que nos facilitará el acceso, proyectos nuevos, que pasa con las casas de bambú, allí me esperan mientras pienso en turbinas y en mecanismos de combustión interna, energía, ese es mi negocio, manejo hacia la ciudad, con ganas de no ir, solamente he llevado a mi padre, he vuelto rápidamente, quizá nunca me fui, solamente he mandado a mi cuerpo, así como si fuese un desdoblamiento de la materia, del alma del espíritu, luego me quedo pensando que ayer estuve pensando en ella, quizá fue porque un par de veces, quizá una mas, compartimos tiempo allí en la granja, al igual que ayer con mis amigos, quizá por eso se hizo tan palpable su recuerdo, quizá después de todo era tiempo de recordarla una vez más antes de decir adiós, como cerrando un capítulo, quizá no era más que eso, anoche igual me despedí de una amiga, en aquel oscuro café, luego reconocí alguna otra, quien venía acompañada, quizá sus ojos me dijeron más que su boca, quizá solamente así son las cosas, no hay problema, entonces como lo va haber si uno debe decir adiós, quizá un hasta luego, hasta pronto, lo siento y te quiero, pero luego de algún tiempo uno aprende que si es bueno decir adiós a la esperanza de ese amor que nunca floreció, quizá nos volveremos a ver, pero de una manera distinta, obviamente ella será distinta, así como lo seré yo, así como lo soy hoy, distinto a esa primera vez que nos vimos una noche de noviembre, quizá así sea la vida, no pasa nada si uno no deja que pase, también como tampoco pasa nada si nada pasa, quizá las divagaciones de mi mente van entre una película de piratas divertida y un libro fenomenal de guerra y paz, quizá Tolstoi sea de lo más genial que he leído últimamente, quizá el, era, así como es, no pretendía nada, quizá un gran maestro que simplemente habló lo que sintió y así como yo, este fin de semana de lo poco usual me quedé en casa, fue muy bueno, así empezamos a decir adiós a lo que debe decirse adiós, tuve una conversación que fue importante, una vieja amiga, quizá más vieja de lo que puedo imaginar, sé que estarás bien, se que vas a sonreír de nuevo, quizá es tiempo de llorar ahora, pero sé que tu sabes que cuando duele duele, pero no vas a hundirte, eres demasiado fuerte para eso, aparte viene el tiempo de florecer, tu que eres la primavera, vas a florecer de nuevo, con los rayos que emergen dentro de ti, quizá más antes que después nos veremos y veré nuevamente tu sonrisa y hablaremos y nos reiremos, luego vuelvo a beber de mi café, me apronto a salir, el campo me llama para que vea la realidad y nuevamente viva todo en alta definición, porque lo veré con mis propios ojos, sentiré con mis manos esa realidad realidad, mientras enumero a cada una de las personas que quiero y las siento en mi corazón, como un abrazo en estero…

Ultimamente…

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…he escrito algunos cuentos, historias, algunas cotidianas otras no tanto, aunque no he logrado la magia de las letras que algunas veces me visita, quizá deba buscar entre la cava de escritos que se están añejando, aquellos escritos hace algunas lunas, quizá dos equinoccios, sin más pretensión que ser lo que son, sin ninguna etiqueta, quizá un vago título, quizá más que cualquier cosa las letras hechas palabras luego de vagar por algunos de los lugares más insospechados del planeta, quizá mi vida era muy diferente cuando era diferente y no ahora que ya no soy el mismo, quizá después de todo es cierto que la vida, las circunstancias no se puedan poner en pausa y seguir uno por un lado y retomar todo de vuelta donde uno pensaba que había quedado, aunque la verdad es que nada es como uno piensa, uno tiene una vaga idea de lo que era o la imagen distorsionada que tenía en la mente, así como un mapa estelar, quizá como el mapa virtual de un universo dinámico, quizá el mapa del tesoro que se encuentra más allá de los límites de lo imaginado y tan cerca como el corazón de cada uno, quizá estos vaivenes mentales, esos periplos en los que nos embarcamos, quizá sin mayor pretensión, tal cual Odiseo o Ulises, sea el nombre que le demos, de volver a casa, quizá también Penélope exista en nuestras ideas pueriles de una vida perfecta, quizá después de todo tanto Ulises y Penélope viven dentro de nuestras conciencias, quizá como un primer padre o una madre, quizá el secreto de todo es aceptar que somos masculino y femenino al mismo tiempo, que simplemente los cuerpos que nos aprisionan, son los que nos han establecido límites mentales de conciencia corporal, que lejos de cualquier idea de un suicido colectivo, son la idea que realmente el cuerpo humano es una cárcel con las puertas abiertas, quizá después de todo como cada reo que aprende a vivir en su cárcel, a amarla y sacar el mejor provecho de la misma, así debemos amar ese cuerpo, sin caer en la idolatría, ya que sino es como caer en ese juego eterno de la insatisfacción que podría ser inspiración para escribir alguna continuación de ese infierno del Dante, tan presente en las pesadillas más aterradoras de cada uno de los creyentes, cuando al final no nos hemos dado cuenta que quizá es el mismo infierno donde hoy vivimos, y la diferencia es la actitud con la que vivimos este infierno, quizá sea cierto que las personas que se unen y cuidan de los otros son los que mejor afrontan las crisis y puede ser el origen de fugarse de ese paraíso dual, que se convierte en infierno, trascendiendo del bien y del mal, a una idea que solamente es una idea, una palabra, Nirvana, que no es más que un concepto, que incluso estando en él podremos explicar, por eso mientras tanto, me apresto las botas de mis dedos para seguir caminado con mis manos por estos caminos de los teclados que quizá algún día me lleven a un buen puerto, de cualquier manera disfruto el viaje…

Que sentido tienen los nombres…

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…las cosas, lo que las palabras buscan describir y nos dan una leve muestra, pero no logran mostrar la esencia, quizá las palabras son inútiles, al menos, lo son cuando ya no está quien les da sentido, así como los nombres y categorías en que hemos ordenado la naturaleza, será posible que los pájaros entiendan que les llamamos así y que ellos nos llamen humanos, lo dudo, que le va importar a un escorpión que lo llamemos así, lo que quizá si le importe es que en su espacio si nos acercamos mucho seguramente nos pique, quizá después de todo, no hay mayor sentido en las cosas, en las palabras que las que los interlocutores les damos, quizá por eso es que al momento de empecinarnos que las cosas tienen sentido, es cuando perdemos la mayor de las alegrías, cuando la vida pasa delante de nuestras miradas y solamente atinamos a suspirar porque no nos atrevemos a vivirla, quizá eso es lo que tanto hablan los que hablan de los maestros, porque realmente a un maestro lo he escuchado hablar muy poco, quizá se empecina más en mostrarse sabio, quien se ha asomado por una rendija y vio la luz que emergía del maestro, pero nunca entendió que la luz que vio era su propia luz reflejada en el espejo que un maestro es, quizá eso sea lo que entendí hoy que caminaba por el bosque, mientras tres escarabajos se posaron sobre mi mano, negros como el misterio del universo, quizá con cierta complicidad de la hora del día o bien del azar, pero pensaba si es que ellos sabrían que yo les llamaba escarabajos, quizá más que una pregunta filosófica de la que me reí tanto después, fue un momento de lucidez al darme cuenta que solo el ahora es real, y que hay muchos ahora que se han ido, y no es porque no haya actuado o propuesto cosas con personas, es porque yo estaba ausente de ese ahora, añorando un pasado o soñando un futuro, quizá no es malo recordar cuando estos recuerdos causan una sonrisa y llenan el corazón de amor, tampoco es malo soñar y planificar el futuro, cuando estos planes son anhelos pero no cadenas de amargura que nos arrastran al fondo del mar de la desdicha, quizá es cierto que el dolor existe y duele cuando duele, pero es nuestra elección si nos aferramos a el y sufrimos, así como el apego a las cosas que causan inquietud de saber que algo puede pasar con ellas y que algún día ya no serán nuestras, si después de todo solamente estamos de paso, como una caravana por el desierto y no es necesario más que lo necesario, quizá hay parámetros y convencionalidades establecidas para cada cultura, para cada persona, quizá lo que más cuesta es el no apego a las personas, cuando la compañía de una persona se nos hace grata y una persona nos atrae y no podemos dejar de pensar en ella, quizá ese apego es el que más me ha costado a mí vencer, no sé si lo logre algún día, quizá después de todo, ahora que he abierto mi corazón de nuevo y siento que reboza de alegría, donde deposito cada una de las muestras de cariño de las personas que conozco, cada uno de esos recuerdos memorables y de esas tardes preciosas en compañía de alguien agradable, quizá he aprendido a desprenderme del miedo de no volver a ver a ciertas personas con las que me hubiese gustado caminar durante más tiempo, pero siempre las llevo en el mar de mi corazón, quizá es allí en ese lugar, allí donde tengo ese espejo, que es mi maestro, mi propio yo, que se refleja en la cara de las personas que me encuentro a diario y ese me ha enseñado a ser quien soy, quizá después de todo, la vida es lo que acontece entre el ayer y el mañana, entre el nacimiento y la muerte, entre las líneas de este relato, que quiere explicar algo que no se puede explicar, solamente vivir…

Razones…

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…de sobra tenemos para quejarnos en la vida, para estar malhumorados, para no disfrutar del día y vivir con cara de desagrado, quizá después de todo solamente es el reflejo de como nos sentimos por dentro, quizá no es el hecho de lo que nos quejamos lo que nos molesta, sino como todo es solamente la punta del iceberg que refleja que estamos cansados o aturdidos, quizá si todos nos quejaramos y no siguieramos adelante, sería lo más parecido al apocalipsis que tanto vaticinan para este año las iglesias y creencias humanas, quizá la desidia y el abandono son más potente que la ira de un ser supremo que nos barrerá de un soplido, entre las llamas eternas del infierno, más parecidas a un cuadro dantesco, quizá después de todo el infierno si existe y cada uno de nosotros los creamos a nuestra medida, sin importar lo que tenemos y todo lo que deberíamos disfrutar, quizá más allá de tener es simplemente el hecho de ser y de estar, sin mayor pretensión que ser, quizá eso es lo que se resume en aquellas palabras del maestro Cardoza, cuando escribió «El Paraíso es Vivir», quizá es lo único que tenemos, el vivir, y cada uno de nostros lo elegimos como hacerlo, no hay una guía, ni un plan, ni instrucciones, menos recetas para ser felices, simplemente se es y para esto hay que vivir, ya que viviendo es que se aprende, quizá hemos perdido demasiado el tiempo preguntando necedades, de que hemos aprendido, quizá no se trate de aprender, solamente vivir y disfrutarlo, por lo que más de las mil razones que hay para quejarse hay una, pero que vale por millones para estar vivo y eso es vivir…