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Ya es mañana donde tu estas…

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…leyendo estas líneas, sin siquiera pensar que el momento en que fueron escritas, es un pasado, quizá lejano o bien distante, sin saber muy bien el hecho que parece ser cada vez más dificil de hablar de un tema libremente sin que existan posiciones encontradas o imposición de ideas, por la estúpida presunción de cada uno de pensar, sentir y hacer notar a los demás que son dueños de la verdad absoluta, cuando eso es una absoluta estupidez, salir a la calle y ver esas posiciones encontradas, sentirse hostigado por la imposición de palabras, de puntos de vista, de armas y violencia, quizá después de todo, los humanos estamos perdiendo la civilización que tanto nos jactamos, quizá nunca existió tal desarrollo, quizá solo son imágenes de algún sueño surrealista que en conjunto tuvimos y creímos encontrar el paraíso perdido, quizá no sea necesario encontrar una razón, solamente seguir hacia adelante, aunque pareciera ser que la única forma de hacerlo es llevarse entre las piernas a quien se pone enfrente, cosa que desgarra el corazón, cuando uno se sienta y piensa que no vale la pena y que no quiere ser así, que la forma en que la barbarie le ha ganado la partida en el tablero de 64 casillas, sin dar ni siquiera oportunidad de un enroque, que solamente hay que agachar la cabeza y no hay manera de poder expresar uno su desencanto más que con violencia, ya que sino uno debe quedarse callado, ante la inmisericordia y el descaro de quienes nos están haciendo pedazos en cualquier faceta, quizá después de todo, ya estamos cansados de los abusos de esos que siempre han sido abusivos, y que piensan que poniendo la cara de idiotas y con un perdón se arregla todo, cuando uno empieza a cansarse de tanto quedarse callado y de agachar la cabeza, quizá esto tampoco sea la solución, porque cada vez que reaccionamos, parecemos un violento huracán, un tifón, un terremoto que sacude todo desde sus cimientos y que no hay manera ni poder humano de detener, quizá las ollas de presión tienen la ventaja de tener una válvula de escape, quizá después de todo, por eso es que se necesita de cuando en cuando escapar a un pequeño oasis, en este desierto de insatisfacción y de barbarie, quizá es ese pequeño paraíso que todos buscamos y que se encuentra en lugares insospechados, quizá se nos están acabando los lugares así, o quizá nos cansamos de buscarlos, quizá después de todo nadie nos podrá explicar el por qué cada uno nacimos en las circunstancias que lo hicimos, en este lugar, por qué tenemos que vivir acá y no allá donde tanto nos gusta y donde sentimos que éramos felices, dichosos y no en este lugar donde muchas veces se siente que es una cárcel y que hemos cometido un crimen, y este es nuestro eterno castigo, quizá después de todo, allá en el mañana que estaré yo en el futuro, todo sea más claro, o al menos habrá menos insatisfacción, quizá mañana este el sol y hayan brillos, en ese mañana donde tu estas y donde parece ser que todo es paz y armonía, quizá cuando sea ese hoy, existan momento de paz y felicidad, mientras tanto yo cierro los ojos, como buscando un respiro a mis pupilas, me pregunto si quizá escapandome de este lugar pueda yo encontrar algún lugar para estar aunque sea tranquilo, sin vivir entre la violencia y la intolerancia, quizá después de todo, solamente somos víctimas de estas circunstancias que nos tocó vivir, pero me niego aceptar un presente sin sentido y un futuro desolador, quizá después de todo lo único que necesito es seguir adelante y no voltear la mirada para los lados, ya que al fin de cuentas me tengo a mí mismo, a ese mi que le escribo, a ese yo del futuro…

La última guerra…

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…se destrozaron las máscaras de la convivencia, caen como los ladrillos de los templos azotados por los terremotos de la intolerancia. ¿Qué pasó? ¿Por qué no soportamos ya nada? ¿Dónde quedó nuestra paciencia? ¿Dónde quedó mi paciencia? Nuestra conciencia.

Quizá se encuentra magullada entre las puertas de la expectativa de una vida mejor, que prometía la publicidad de la primera década del siglo, la década pasada, en el siglo en que toda la humanidad despuntaría y todo sería armonía, luego de la cruenta guerra fría. Aquellos vientos de cambio, que soplaron trayendo las luces de un mejor presente para la humanidad, se apagaron, como sucumbiendo ante el temor de lo diferente, demolidos por nuestros egos, que nunca lograron adaptarse a la velocidad vertiginosa de la información. Que se parece a una vida real, a la manera tan rápida como hoy día nos llegan, ahora que estamos conectados a un mundo virtual, un mundo artificial, una vida plástica, donde parecemos ser felices, llenos de aditivos y preservantes.

Que nos muestran al mundo como seres completamente felices. La apariencia de ese mundo virtual que nos ha desvirtuado la mente, la vida, porque siempre tenemos que estar sonrientes. Como seres perfectos. Sin derecho a sentirnos infelices, llevando ese mundo de fantasía que leíamos de niños, esa vida idealizada donde seríamos felices para siempre. Quitandole genuinidad a la vida real, ya que nosotros mismos somos como estrellas de cine, llenos de groupies y paparazzis que nos acosan y no dejamos nada privado. Ya que si no lo compartimos en nuestra vida virtual, sentimos como si no lo hubiésemos vivido en nuestra vida real, que si bien no es perfecta, es más gratificante, quizá más desolada y muchas veces extraña, pero sin aditivos ni preservantes, que nos amargan por dentro, aunque por fuera estemos perfectamente maquillados, como si fuésemos una foto de revistas y entre más botox y brillantina tengamos, seremos mejores, más felices. Tanta gente que queriendo ser nuestros clones y nosotros queriendo ser los clones de otros clones antes clonados.

Quizá después de todo la humanidad ha sucumbido en esta guerra de las corporaciones contra la originalidad, la guerra de la estandarización humana, de la conversión en máquinas, en robots, en ese mundo feliz de Huxley. Mientras nosotros no nos hemos percatado, ya que seguimos contando cuantos «Like» de aprobación tiene nuestra último comentario en la red o nuestra última fotografía.

Quizá al final de cuentas seamos como una marca más, que muestra nuestra imagen como lo que la gente quiere ver en nuestra foto de perfil. Quizá estos tiempos son el resultado de la guerra en la que ya sucumbió a la humanidad, sin haber disparado siquiera un arma, ni la utilización de armas de destrucción masiva, sino solamente los anuncios de TV, Internet, de las Vallas Publicitarias a las cuales todos queremos parecernos….

De lo que se tratan los sueños… (fragmento del libro El Diario de Don Peyote de Tal)

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Puede que viva soñando o sueñe viviendo, ¿será posible que la vida sea un sueño?, y no es que quiera birlarme los sonetos de Pedro, seguramente ya están pensando en mi compadre de Cómala, Pedro Páramo. Pues no, esta vez no es así, aunque quizá los sueños que tuvo el señor Páramo sobre una mujer se convirtieron en la pesadilla de todo un pueblo, ante la indiferencia por la vida del hacendado de la Media Luna. Pero esos sueños que cuestan sangre, no son los que a mí me gustan, no es que nunca haya pensado en sueños así, porque muchas veces para conseguir lo que se quiere hay que sacrificar personas. Lo más doloroso es ser conciente de quienes hay que sacrificar para hacerlo, y no hablo solamente de eliminarlos, sino de herir almas, que son las heridas más profundas, porque el alma sólo la pueden herir personas que amamos.

Les decía que hablando de que la vida es un sueño, yo no hablaba de este Pedro, sino de este otro Pedro. Pedro Calderón de la Barca, creador de Segismundo, aunque de seguro que Segismundo era un nombre típico, o más o menos conocido. Viéndolo en retrospectiva podría ser pura simbología,  en el Siglo de Oro, del Teatro español. ¿Por qué le llamarán así?, ¿será acaso porque el oro del Perú lo patrocinaba? O acaso habrá otra razón para llamarlo así, quizá, pero la verdad nunca fui muy aficionado a estudiar nada, ni literatura, ni números, ni historia. Sé que soy parte de la historia y que algún día seré historia también. No es que yo me haya criado a capa y espada, pero la calle me ha dado lo que nunca me dieron las cárceles, mal llamadas aulas,  más parecen  jaulas donde aprisionan el pensamiento y no dejan pensar. Donde sólo enseñan a repetir como estúpido cosas que como no sabemos el por qué y ni para qué, entoces nos parecen sin sentido, seguramente si tienen sentido, pero parece se olvido él mismo.

Si me preguntaran a mí por el sentido de los sueños, primero tendríamos que clasificarlos, para eso hice una pequeña incursión en el tema. Por ejemplo con las pesadillas, esas que se convierten en persecuciones delirantes, habría que entrar con más de detalle. En cambio sí  hablo de los sueños húmedos o sueños líquidos, esos que la mayoría de los varones adolescentes tenemos, más de alguna vez en nuestra vida, ya sean proscritos o bien buscados, mucha gente podría decir, este tipo sólo en sexo piensa. La verdad es que pienso en sexo, ya no tanto como solía hacer cuando era un niño púber, de precocidad insaciable. Que el fruto embriagante de la adolescencia me parecía lo más podrida que había. Entonces, muchas veces si pienso en sexo, como les decía, ya no tanto; pero ahora mis sueños se han convertido en realidades. Realidades que muchas veces he tenido que enfrentar, porque saben, los sueños líquidos no nos advierten de las responsabilidades de los actos desenfrenados. Primero porque no nos hablan de los riesgos, luego de la parte moral y, no es porque yo sea un santurrón, porque para ser santo hay que estar muerto. Bueno, ya viene la muerte a inmiscuirse en mis relatos, y  creo que estamos tan juntos desde el principio, puede que ya este muerto y camine, por el mundo, como alma errante.

Para ser santo aparte hay que hacer milagros, yo hago el milagro con el poco dinero que tengo para sobrevivir. Los demás requisitos no los quiero ni ver. Porque probablemente a algún baboso o bueno no tan baboso, porque puede que sea un mercantilista que lo que ande buscando es hacer negocio con el santo de moda, y no es que mi compadre Pascual o mi compadre Maximón no me caigan bien. Los encuentro de lo más normal, dentro del santoral y de lo más humano, pero yo no quiero que ni de chiste hagan de mi una burla, sobretodo para búrlame de los incautos que creen, en los mercaderes de la fe. Mire usted, no es que yo sea santo como ya les decía, pero la verdad eso de jugar con las esperanzas de las personas, eso debería ser delito, eso de robarles el dinero que quitándose la vida ganan, para malvivir, eso es un crimen y debería ser penado con un castigo ejemplar, para que se le quitasen las ganas a los delincuentes religiosos de seguir engañando a la gente.

Yo les hablaba de los sueños, y en los sueños húmedos no nos hablan de las responsabilidades que llevan, así como tampoco nos avisan que los paquetes van enteros, que no solamente es fornicar con una y con otra y ya se acabo la historia. Aparte también están los sueños de grandeza, hay sueños tan grandes que cuando se destruyen allá del otro lado del mundo hasta en Plutón se ve como se convierten en polvo estelar, provocando un efecto similar al de las Pleyades. Imagínense como se sentirían ustedes si fueran Plutón, que soñaron con ser planeta, y resulta ahora que unos microbios, que se llaman científicos humanos, han decidido que Plutón ya no es más un planeta. Así como quien dice, ¿sabes que esta camisa ya no me gusta? Y la tiro. Debe ser horrible, como cuando uno va a la feria y se quiere subir al juego más emocionante, y da la casualidad que uno, porque no le hizo caso a la madre, cuando le insistía en tomar la leche, comer verduras, y tomar vitaminas, nunca le hizo caso, y en vez tomó una pespi, o una coca, o una arci (está creo que ya no muchos la conocen), o bien una súper cola, o bueno una big cola, según su presupuesto y sus necesidades, porque no es que yo me meta en economía, la verdad no me importa, pero imagínense si yo tuviese catorce años, y juego mucho y tengo solamente para comprarme lo que vale un litro de alguna marca reconocida y de repente me dicen que la marca no tan conocida me da tres litros pues, obviamente, yo compro los tres litros. Eso sí, me lo bebo todo, porque ya mañana es otro día y mañana son otros tres litros. Yo les decía que en lugar de comer los vegetales o el cereal, prefería comer frituras, botanas, chips o como las conozcan, en vez de tomar vitaminas, comía pastillas de menta y goma de mascar o chicles, pues ni modo, cuando tuviera once años y estuviera en esa etapa, en que estoy saliendo de la pubertad y donde comienza el atrevimiento, para demostrar mi valía, que ya puedo ser nombrado jefe de la manada, -quizá si fuera búfalo-, pero como soy un homos sapiens, en el mejor de los casos, entonces en vez de medir la estatura mínima requerida para subir al juego más emocionante, mido quince centímetros menos. Podría se un efecto de genética, pero eso no viene al caso.

Les decía que ese tipo de sueños rotos, son muy amargos. Algunos pasan con tequila y otros son demasiado amargos que se acompañan mejor con chocolate, puede ser, aunque bueno hay gustos de gustos. No sé si les he hablado, creo que si, pero supongamos que no, de mi amigo don Ajenjo, con el se puede soñar mucho y volar igual, es bastante amargo, pero se acompaña de un poco de azúcar y listo. La cuestión es de gustos, es como a que equipo le va cada uno, también depende de que deporte, porque hay deportes de deportes. Aunque lo que menos parece  es ser divertido. En todos existe una gran competencia por demostrar, saber por qué, pero quieren demostrar que tan grandes puede ser cada uno, siempre a la merced de los sueños. Incluso ahora se me ocurre que los sueños pueden ser tiranos, esclavistas. Puede que sí, porque supeditan a la persona a sacrificar muchas cosas para conseguirlos. Pero no sé, puede que sea cierto, pero ¿quién sería el mayor culpable?, el sueño o el que lo sueña. Parece un poco complicado, aunque no creo que lo sea tanto. Es, simplemente, un desafío o más bien una trampa del lenguaje. La verdad quien podría soñar algo, sino existe. No es que me vaya a poner a la altura de Voltaire, ¡que va ser¡, o ¿de Paul? -podría ser el de los Beattles- pero ellos eran otra onda. Algo así como All you need is love, pues sería interesante, aunque la hipoteca, las cuentas y todo lo demás, no sé si me acepten amor para pagar, quizá pueda yo con amor hacer las cosas que tengo que hacer, para ganarme a don dinero, para que este señor pueda pagar mis cuentas, puede que si. Si es así, pues tiene lógica. Pero por mucho que ame a una persona no puedo comer amor, al menos no todavía. Les hablaba de este otro sueño, ese que es uno muy lindo, aunque como diría otro el Paul, o bueno otro Pablo, Es tan corto el amor y tan largo el olvido. Creo que tiene mucha razón.

Qué sería del mundo si no hubiese existido el gran Neftalí, quizá seguiría igual, sólo que tal vez la película del Il postino hubiera sido de otro poet exiliado, pero poeta. El mundo no tendría una única canción desesperada, tendría muchas y pocos poemas o ningún poema de amor, no fuésemos ni por el cero. Yo no les hablaba tampoco del caballero Pingüino, sino que les hablaba de alguien un poco más real, o bueno, según quiés es más real, eso habría que discutirlo. Igual el tipo pudo habérsele escapado de un sueño a uno de esos energumenos que habitaban y ayudaron a mostrar los horrores de la década de los cuarenta, en el siglo veinte. O podría ser el pobre duque aquel, ¿cómo es que se llamaba? Es importante tener este artificio del Internet. Sirve enterarse de la vida de gente que uno ni conoce. Pero cómo puede ser posible, me pregunto algunas veces, que la gente esté tan interesada por la vida de una tipa o de un tipo, que ni siguieran conocen y que a ese individuo o individua les importa un comino, por no decir que no les importa. Además la gente que tienen al lado no le den ni la hora y no les importa si están bien o mal, o siquiera si están, es que hay que ser humano para ser tan ingrato.

Les hablaba de aquel duque, si de el duque Francisco Fernando, pues el fue víctima de las circunstancias. Aunque podría ser de los sueños megalómanos de algún codicioso personaje, quien quería jugar de la misma manera como sus megalómanos vecinos; seguro pasa lo mismo en la calle donde tu vives, o bien bebes. Este pobre hombre, digo pobre, no porque fuese pobre, quizá ya no soportaba a doña Sofía y estaba un poco atolondrado ante las presiones de sus vecinos, pero bien, no es que haya sido pobre del todo, pero el fue el que le tocó ser el chancho, cerdo, marrano o coche, para hacer el jamón que sirvió para hacer el omelet de esa cruenta guerra del catorce. Es divertido pensar como somos de haraganes los humanos, y no nos gusta escribir todo o decir todo. Hay que acortar. Yo quisiera ver cuando a alguien le acorten el sueldo como reacciona. El tiempo debe estar también un poco enfadado, por no decir encabronado con la forma tan floja de expresar los años de los humanos. El catorce, imagínese que significa el catorce para cada uno de ustedes. Para el tiempo podría ser, el año catorce de la era cristiana, pero bueno eso sí, siempre y cuando estemos hablando de esta era, porque podría ser que una persona hebrea, diga que el catorce fue cuando Eva tuvo su primera menstruación. No deseo entrar en polémica, la verdad que si algo he aprendido, y eso que a mí la verdad me importan muy pocas cosas, es que no hay que andar de metiche hablando de las creencias religiosas de las demás personas del planeta. Si quieren pregúntenle a Benedicto, que ha quedado a un nivel de intolerable, que con su actitud condena a incautos de su rebaño, no sé porque pero me imagino que  ahora no se mueve de su sede, ni por todo el diezmo del mundo. Eso es problema de los que son de su rebaño, no mío. Así que sigamos hablando de don Francisco, pero imagínese si estuviera acá, de seguro le diríamos Chico o Pancho o Paco y con el complemento Nando o Fer o que se yo. La cosa es que tendríamos una infinidad de combinaciones, incluyendo diminutivos cariñosos para llamarle, pero entiendo que a este señor lo usaron otros para conseguir sus sueños.

Parecería ser que los sueños son asesinos o bien cicuticos. Pero pensando como se construyen los sueños. Deberíamos regresar al existo y luego pienso de Paul, sí, ahora si, de Jean Paul Sartre. Al hacer toda una divagación entre Voltaire y Sartre, creo que nunca llegaríamos a nada, así que, supongamos que son complementarios.  Puede  que el primero sea un sueño, que fue soñado por alguien y luego ese sueño dio origen a más sueños, pero también a más soñadores. Por lo que habría que hacer todo un ensayo sobre la somnolencia. Yo no quiero hacer la tercera parte de los ensayos de José, tan conocido por todos. Imagínense  si no conocieran a un José siquiera, pues podría ser aquel libro, Salome Gil, La Historia de un Pepe o bien Pepe Grillo o quien se yo. Espero que si José lee esto, no se ofenda, que lo mezcle con estos personajes, creo que no. Pero igual, si te enojas es tu problema José,  creo que tendrías que ir a la academia sueca a devolver eso que te dieron, con lo cual te robaron tu intimidad y que te convirtió en figura pública. No es que estés en boca de todos, porque sino serías lengua o bien saliva; pero te haz vuelto un referente de esta sociedad, cada vez más decadente, en la cual creo que eres de los últimos estandartes que tiene moral para llamar al orden. Les decía que habría que ir a ver si sigues en Lazaronte, allá en las Canarias, seguro que si. Ese es un lugar paradisíaco para vivir. Me pregunto para qué sirven las guerras y se me inmiscuyen siempre frases de Andrés, un tal Calamaro. Pero ciertamente me pregunto para que vinieron los europeos a América, si en las Canarias lo tenían todo. Aunque les faltaba el oro para patrocinar su teatro. Si sigues allí pues saludos. No creo que estés en una Caverna o te hayas embarcado en La Balsa de Piedra, primero porque no creo que te llames Tiago y, luego ,porque tampoco creo que te importe. Entonces mi estimado Saramago, te dejamos allí, que disfrutes lo que te queda entre sueños y fantasías.  Y, claro, también de realidades, para que sigas con esa franqueza de siempre.

Quizá los sueños si sean  lo más importante, porque sino hacia dónde iríamos, hacia dónde nos lleve el instinto, pues si, sería mucho más monótono todo este menjurje. Quizá más acorde al orden que nos quieren establecer la sociedad, pero sería completamente predecible la vida. O caminaríamos como esos esperpentos que a diario me topo, los que van muertos en vida, sin sueños. Con una expresión,  ni siquiera de muerte, sino como si les hubiesen sacado los ojos, con las cuencas vacías. Además, hay que recalcar que los sueños también son como caníbales que se alimentan de otros sueños. ¿Será porque son de naturaleza humana? Puede ser, pero, si no hubieran sueños, creo que no disfrutaríamos ver a una persona en cualquier lugar y soñar con su sonrisa, sin siquiera saber su nombre, quizá solamente verle la sonrisa y los ojos, sea suficiente para que habite en nuestros sueños, ya que si supiéramos más destruiría la fantasía de los sueños que vivimos con ella. Parece ser que todos podríamos ser el sueño de alguien. O todos soñamos que ese alguien nos sueña, por lo que todo podría ser un sueño, y ya les conté los diferentes tipos de sueños. No todos, porque todos, sería imposible. Se disfruta cuando se puede soñar con los ojos abiertos y se duerme viviendo, puede que sea cierto. Para mientras me quedo observando la vía láctea, pensando cómo puedo ordeñarla y seguir soñando.

Algún día que desperté y quise seguir soñando, Peyote de Tal…