Días calurosos de marzo…

Estándar

…que se despiertan envueltos en un ligero viento frío del norte, nubes inexistentes, que emergen por las tardes colandose entre el intenso azul cielo despejado, quizá los días más largos, quizá los más cortos, concurridos todos por miles y miles de mariposas que emergen entre las flores de primavera, quienes con sus labios besan a las abejas, la luna del equinoccio, vendrá cerca, como cargando a sus espaldas la primavera, anunciando el verano primigenio de los días calurosos, ocho halcones vuelan en el horizonte, suspendidos en el aire, como si estuviesen detenidos perennemente con hilos que los hacen colgar desde la bóveda celeste, fenómeno físico, aire caliente, al igual que globos que surcaron los cielos tiempos antes, abuelos de los modernos aviones de propulsión, quizá no es más que la escalada, el desarrollo, la inventiva, la necesidad, el hambre de gloria de algunos cuantos, lleva entre sus alas a muchos, quizá a lugares más distantes, tan distintos a estos donde hoy estamos, quizá sean solamente una paradoja en el tiempo, no es más no es menos, simplemente es, sin apuro, los días se aprestan a terminar, el sol se apresta a dormir, el viento sopla a manera de apagar el candil, algunos árboles proyectan su larga sombra, más larga que las leguas que camino a diario, la sombra camina, extendiendo sus pasos más allá de lo visible, un día más, nuevas historias, quizá es tiempo de escribirlas, por eso me quedo en casa, sentado observando los aces de luz del ordenador, ordenando las palabras para que juntas tengan algún sentido, quizá mañana salga de la casa, hoy día acá me quedo, atrincherado, dándome una tregua, sin razón, sin motivo, solamente estando…

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